A veces nos sorprendemos (y nos quejamos) de que los demás (quienes sean) no nos valoran ni nos respetan ni siquiera parece que se den cuenta de que existimos y, mucho menos, de nuestras necesidades. Entonces, hazte esta pregunta: ¿qué hago yo y cuál es mi responsabilidad es eso que observo en mi relación con otras personas?
Si yo no me valoro ni me respeto ni pongo en valor lo que hago, siento, opino, ..., ¿cómo me van a valorar?
Si no pongo límites ni me expreso de acuerdo a mí mism@, ni consigo transmitir aquello que deseo, creo, opino, me gusta, ..., ¿cómo pueden hacerlo otros?
Sí, resulta siempre más fácil observar el comportamiento ajeno, pero la propuesta es cambiar el paradigma de observación y ver en lo que ocurre en mis interacciones, aquello que me hago a mí mism@ para comprender mis propios mecanismos y corregir lo que desee para mejorar, sobre todo, mi relación conmigo y, por ende, con los demás.
Compréndete y hazte comprender en tus relaciones interpersonales.